Corpus Christi
Béjar
Fiesta de Interés Turístico Internacional
QUANTUM POTES TANTUM AUDE
Estas palabras nos inspiran cada año en las fiestas del Corpus y de su Octava. Salieron de la pluma y del corazón de Santo Tomás de Aquino en 1264 cuando el Papa Urbano IV le confió la redacción de los textos de la Misa y Oficio para la fiesta recién establecida del Corpus Christi. Las palabras forman parte de la Secuencia de la Misa del Corpus Christi.
¡Alaba, Sión, a tu Salvador,
alaba a tu guía y pastor!
Así comienza la Secuencia, en ella Santo Tomás nos invita a cantar y a alabar a Jesús verdadera, real y sustancialmente presente en la Eucaristía con toda la potencia salvífica de su misterio pascual. En este Santísimo Sacramento está condensada toda su pasión, muerte y resurrección; en definitiva todos los misterios de su vida terrena, ofrecidos ahora perpetuamente para la salvación de la humanidad por medio de su sacerdocio celeste. El Doctor Angélico nos urge a ofrecer lo mejor de nosotros mismos a Jesucristo, presente en las especies eucarísticas de pan y vino; es nuestro pobre homenaje a Quien nos amó «hasta el extremo».
¡Atrévete todo lo que puedas!
Mostramos cada año en esos días finales de mayo o de junio imaginación en forma de lápices, colores, formas, tejidos, flores, luces, acordes musicales… todo al servicio de nuestro Creador, para rendir nuestro pobre homenaje al Rey de Reyes y Señor de Señores. La fiesta del Corpus Christi es una explosión de creatividad para la admiración y contemplación de todos, lugareños y visitantes, en el recorrido procesional que discurre por las serpenteantes calles de la vieja villa ducal, intramuros de la ciudad; para concluir, cual solemne colofón, en la Rendición de Banderas ante Su Divina Majestad en la Plaza Mayor, ante el atrio de la Iglesia de El Salvador, la Parroquia del Concejo, convertido en majestuoso altar. Pendones, banderas y enseñas de las distintas hermandades, cofradías y asociaciones de la ciudad van rindiéndose ante Jesús Sacramentado, para concluir semejante homenaje con el pendón de la Ciudad, portado por un edil municipal y flanqueado por la figura alegórica y original de los hombres de musgo, broche final de una intensa mañana de Corpus.
Sus raíces históricas son antiguas, tan antiguas como el ducado que un día se enseñoreó en estas tierras del Reino de Castilla. Don Diego López de Zúñiga, primer Señor de Béjar, hizo voto de celebrarla en el sitio de Antequera (Málaga) en 1410, convirtiéndose en su patrono. La Casa Ducal de Zúñiga la amparó desde aquel siglo XV hasta entrado el siglo XIX, en que desaparecen los señoríos. La magnificencia que alcanzó con el discurrir del tiempo la convirtieron en una singular Fiesta Barroca en la que el Señor Duque mostraba su devoción al Santísimo Sacramente y expresaba el poderío de su Ducado. Con la caída de los señoríos, e incluso antes, fueron desapareciendo algunos de sus elementos más característicos hasta que se resumió en una fiesta solemne y austera con la llegada del liberalismo y el dominio de la burguesía fabril. Últimamente existe un empeño en recuperar los elementos que la distinguieron en el pasado.
La fiesta continúa más allá de lo religioso: la degustación de un buen calderillo bejarano, con suculentos ibéricos de la tierra o buenos dulces de la sierra nos aguarda para matar el hambre. Y aún hay más. Una semana de festejos prolonga la solemnidad dentro de la Octava del Corpus: conciertos, festivales, adoración eucarística, misa en el rito hispano-mozárabe… para concluir con la recepción de autoridades y la procesión de la Octava por los alrededores de la Plaza Mayor.
Todos estamos invitados a participar.